¿Qué es el frankincense?, ¿cómo se usa?,
¿de qué sirve?

Si alguna vez te has hecho estas preguntas, entonces has llegado al lugar correcto. Hoy me dedicaré a hablarte del frankincense, sus usos y beneficios no te lo pierdas.

Frankincense, frankincienso, lágrima y olíbano, son todos nombres para referirse a una y la misma esencia: la resina del árbol Boswellia thurifera o Boswellia sacra. Árbol que crece en el norte de África, India y el sur de Arabia.

Encontramos esta resina desde la tumba de Tutankamón hasta uno de los regalos de los reyes magos a Jesús. Históricamente, el frankincense se ha utilizado como incienso por miles de años y es esta presencia eterna lo que lo coloca como el padre de todos los inciensos. 

El frankincense también se conoce como oro líquido, ya que su comercialización era una actividad fundamental en toda la época medieval y antigua. ¿Cómo se volvió tan popular? Te preguntarás, pues la respuesta está en todas sus propiedades mágicas que lo volvieron un elemento clave en la medicina antigua.

Frankincense: remedio universal físico y espiritual

Entre los documentos más antiguos de medicina el frankincense se describe como efectivo contra el enfermedades respiratorias, estomacales y excelente para curar heridas. También se utilizaba para ahuyentar insectos y ambientar todo tipo de espacios y ceremonias. 

Actualmente, el frankincienso continúa siendo parte fundamental de muchas culturas y esto se debe a sus usos también espirituales: ahuyentar las energías negativas y elevar el espíritu.

La resina de frankincense se incendia y utiliza como sahumerio que nos puede ayudar en diferentes escenarios

Un cerillo, un carbón y un poco de frankincense: todo lo necesario para disfrutar su magia

Durante mucho tiempo yo no sahumaba con otra cosa que no fuera un stick (como la Salvia o el Palo Santo), y mantenía mi distancia con resinas o mezclas. Por alguna extraña razón el carbón me intimidaba, me lo imaginaba como algo difícil o tardado. Era uno de esos escenarios de los que ahora me río al pensar en la aversión inconsciente que generé ante algo que ahora disfruto tanto.

La primera vez que encendí un carbón para sahumar fue para utilizarlo con frankincense, y desde entonces soy la mayor fan. Sahumar con frankincense es super sencillo: solo necesitas frankincense, un carbón y cosas que encontrarás en tu cocina como cerillos, sal y un recipiente anti fuego.

Estas son las instrucciones, podría parecer complejo pero una vez que lo haces te das cuenta de que es muy fácil y rápido.

1. En un recipiente contra quemaduras (puede ser de concreto), barro o porcelana) coloca una cama de sal o tierra.
   
   
2. Sobre la sal, coloca un carbón y enciéndelo con un cerillo o encendedor (si tienes unas pincitas y una vela entonces sujeta el carbón y enciéndelo con la vela; te recomiendo usar un carbon de shisha de los que en menos de un minuto están listos)
   
   
   
   
   
3. Con el carbón encendido, pon sobre él unas gotas de resina, añade lavanda o romero para acompañar el aroma. 

¡Listo! ¿Que fácil no? Puedes infundir el humo con una intención y así volver la experiencia un ritual. Si quieres saber más sobre cómo sahumar da click aquí.

TIP. Puedes agregar otras plantas a la mezcla de frankincense, como lavanda o romero. Yo te recomiendo este kit que ya incluye la sal, los carbones, lavanda y frankincense de excelente calidad a un súper buen precio.

Recordando las enseñanzas de nuestros antepasados y honrando su sabiduría, actualmente el Frankinciense vuelve a ser utilizado en todo el mundo y su popularidad crece cada vez más. Y tú, ¿ya intentaste sahumar con él? Cuéntame en los comentarios tu experiencia con este mágico sahumerio.

Para conocer más sobre sahumerios milenarios y mágicos no te pierdas mis notas sobre Palo Santo y Salvia Blanca. Y, si quieres aprender más acerca de la mágica práctica de sahumar, te invito a que te inscribas a nuestro curso gratuito para conocer lo esencial. Es por correo electrónico y las lecciones duran menos de 5 minutos. Sigue el siguiente link para conocer más:

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